Ángeles flotando en amarillo pintura al óleo | Christian Seebauer

No hay nada más anacrónico y ridículo que un creyente en un mundo donde no hace falta ningún dios para explicar nada.

«Suele haber dos tipos de, por así llamarlos, creyentes: los místicos y los religiosos y sólo los últimos son peligrosos.

Los primeros actúan solos y adaptan constantemente los conocimientos científicos a su percepción de lo esencial incognoscido sabiendo que no es ni será nunca incognoscible por mucho que las limitaciones humanas de diversa índole dificulten su entendimiento; y los segundos son gregarios, reciben lo que la ciencia desmiente a la religión como un ataque personal y apenas lo único que en la vida hacen y que los caracteriza es decir amén a lo que unos manipuladores les digan que es la realidad porque se lo dijo dios mientras se emocionan por ese falso y artificial privilegio que les fabrican ad hoc sus propios charlatanes.» [Agustín Barahona]

octubre 31, 2017 a las 9:14 pm por Agustín Barahona
Categoría: Escritos en Facebook, Humanismo, Reflexiones
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