¿Qué es un circo? Básicamente un recinto donde se muestran malabaristas, payasos, equilibristas y animales amaestrados. Muy amaestrados. No puede haber mejor metáfora para el tema que nos ocupa, aunque ARCO ofrece una variedad más amplia y a veces incluso despistadas obras de arte. Cuando era muy joven pensaba que el nombre de ARCO era inadecuado y que tal vez debieran haber cambiado la «R» por una «S» –¡qué cosas tienen los jóvenes!, ¿verdad?–. Ahora que lo soy menos creo que, desde el lado del sufriente público, quizá la permutación había acertado proporcionalmente en lo semántico –dejando de lado las dignísimas y extraviadas obras que pudieran haberse presentado en ese entorno, que son infinitamente las menos– pero no habría reflejado lo que globalmente es a nivel social. Para ese concordato con lo patente bastaría que prefijaran una hache y cambiaran la «C» por una «T», pues de este modo el nombre y siglas se ajustarían mucho más a la realidad en una gran mayoría de sus contenidos (HARTO: Hábiles ARtífices de la TOmadura de pelo).

Pareciera que pretendieran conseguir que una gran cantidad de público acomplejado por su falta de formación cultural y otra cantidad de público esnob puedan dar una imagen falsa de que el ARTE es «eso», cuando «eso» sólo es auténtica y básicamente, como el Roto recoge claramente en su viñeta, un circo. Un circo del negocio en que aprovechando los problemas de algunas personas con mucho dinero que no saben lo que hacer con él se les ha acabado convenciendo de que si invierten en «eso» obtendrán pingües beneficios. Y como los mercados son los mercados y juegan tan hábilmente con la psicología de masas como lo hacen, aprovechándose de todos sus defectos, tienen éxito en manipular lo que sea preciso para hacer de ello parte de su ser comercial y que sus socios obtengan las prometidas ganancias. Y lo hacen además generando el engaño social del «prestigio», es decir: como «eso» queda imbuído del halo de lo caro y «apreciado» –sobrepreciado astronómicamente, deberíamos decir– la gente que percibe con toda evidencia que se trata de una tomadura de pelo (que a estas alturas poco tiene ya de hilarante) prefiere no decir con claridad –ni sin ella– que es horrendo o absurdo por miedo a ser señalado como un ignorante, porque es lo que el catecismo comercial de los pseudointelectuales que lo sustentan ha impuesto. Además, esta nueva inquisición de farsantes que se dedican a engañar a la gente –quizá incluso a ellos mismos, quiero creer– hacen las veces de guardianes del engaño condenando a quien no diga amén para así poder seguir justificando el que sus (s)obras sigan formando parte de los productos comerciales deshumanizadores del mundo y desnaturalizadores del Arte. Toda una estructura de artífices del malabarismo psicológico bien cubierta por la carpa de la ignorancia y el complejo social. ¡Bravo por El Roto!

http://ep00.epimg.net/elpais/imagenes/2012/02/15/vinetas/1329320411_739117_1329320547_noticia_normal.jpg

Otras viñetas de El Roto ilustrando el mismo tema:

http://rastrillo.files.wordpress.com/2011/02/rotoartepais.jpg

http://elmuertovivo2.files.wordpress.com/2010/02/el-roto.jpg

http://img134.exs.cx/img134/1843/roto1arco36rx.gif

https://pbs.twimg.com/media/BDGEf-TCEAAfu52.jpg

http://ep01.epimg.net/diario/imagenes/2009/02/14/vinetas/1234566004_850215_0000000000_noticia_normal.jpg

marzo 31, 2012 a las 3:16 am por Agustín Barahona
Categoría: Escritos en Facebook