Estadísticas diarias
  • 371361Total de lecturas:
  • 4Lecturas hoy:
  • 108Lecturas ayer:
  • 681Lecturas última semana:
  • 1948Lecturas por mes:
  • 252000Total de visitas:
  • 3Hoy:
  • 97Ayer:
  • 567La semana anterior:
  • 1443Visitantes por mes:
  • 81Visitantes por día:
  • 0Visitantes conectados:
  • 04/03/2014El contador comenzó el:

Categoría: Debates

Debates recogidos en el Foro «Música y Cultura (M&C)».

Respuesta a una miembro de «Música y Cultura (M&C)» - febrero 10, 2014 por Agustín Barahona

Por el posible interés informativo de los contenidos, publico aquí mi respuesta a una carta privada de una miembro de nuestra revista electrónica en Facebook, «Música y Cultura (M&C)».

La miembro en cuestión, músico e instrumentista, me decía que no se atrevía a publicar respuesta ante uno de los muchos debates planteados pues temía «meter la pata». Me explicaba que en el conservatorio había echado en falta mayor formación en todo lo relacionado con la música de los ss. XX y XXI, porque «raro es el centro que profundiza más allá de Schoenberg», lo que le hacía creer que por eso las nuevas vanguardias y la música atonal es algo incomprendido. Me decía que ella entendía que hace falta un proceso de conocimiento previo que ayude a entender lo que se escucha y que unas veces ese proceso es educacional y otras de evolución personal, pero cree que hay muchas cosas que escapan a su comprensión debido, según entiende, a que nunca se las han explicado, ignorando así que lo que verdaderamente es arte no necesita de explicaciones.  Termina reconociendo que la música culta moderna escapa a su comprensión, aunque «hay gustos para todos», y que el que se subvencione un determinado tipo de música no la hace buena ni mala sino que indica que hay un público que gusta de esa música. Al final añadía que como profesora de instrumento le preocupaba que no podía transmitir aquello que escapa a su comprensión. Parecía en ello tener un cierto remordimiento de no poder comprender lo incomprensible, aunque sin darse cuenta de que es incomprensible por fuerza y no debido a una presunta falta de formación para poder comprender, como a ella –y a tantos otros durante generaciones– le han llegado a hacer creer.

Ya sin más dilación mi respuesta:


«Hola de nuevo, Xxxx. Ante todo me gustaría saber por qué no te atreves a publicar respuesta ante el debate, ya que ‘meter la pata’ –como tú le llamas– no es malo –al menos desde mi punto de vista– ya que permite que otra persona te ayude a hacerte consciente de tu error y a corregirlo. De otro modo, si por miedo a equivocarnos no actuamos tampoco podremos acertar nunca. Precisamente por eso insistimos tanto en seguir las viejísimas reglas del debate académico y la lógica –resumidas en mi nota de facebook del 12 de noviembre del 2013–, de eficacia más que probada, porque son fáciles de seguir si uno es honesto y porque son de una naturaleza muy didáctica. Así pues, te animo a mantener en público este nuevo debate y te lo agradezco de antemano.

Cuando dices que has echado en falta mayor formación en el conservatorio en todo lo relacionado con la música de los ss. XX y XXI, ¿a qué te refieres exactamente?, ¿a lo concerniente a la historia de la música? Imagino que no será eso, porque cualquier buen diccionario musicológico te pone al día de inmediato. Por eso te lo pregunto. Y si te refieres a la sistemática empleada por cada compositor imagino que sí te habrán enseñado que el lenguaje de núcleo tonal desarrollado durante miles de años se ha seguido usando y desarrollando en compositores contemporáneos a Schoenberg y posteriores a éste que no hicieron el más mínimo caso a sus vaticinios autograndilocuentes, y siempre sin que dicho lenguaje natural haya interrupido un solo segundo su propia y lenta evolución y uso. Es difícil, por no decir imposible, poder dedicar tiempo a la docencia para explicar un nuevo lenguaje distinto y diferente por cada compositor de los que el gran público suele catalogar como de «música rara», porque aunque sean pocos la inversión de tiempo no sería muy rentable precisamente por ese aislamiento de esa originalidad a ultranza. Encontrarás debates sobre esta temática –y transversales– a lo largo de todo M&C, suficientes como para hacerte una idea de esta realidad y muchísimas otras analizadas con mesura, largueza y paciencia, de un modo que no verás habitualmente analizar en los conservatorios. Por otro lado, recuerda que un debate es un texto único y que por tanto, para poder estar uno bien informado de todo el argumentario e ideas debatidas hay que leerse todo el debate o si no se corre riesgo de volver a repetir lo que ya está dicho, así que vuelvo a animarte a leer detenidamente a lo largo de nuestra páginas.

Sólo te avanzaré –ya lo leerás mejor argumentadamente que en estas líneas de anticipo– que la ‘música’ de las así llamadas «vanguardias» del siglo XX y buena parte de sus continuadores en el siglo XXI, en su mayoría de núcleo ruidista caótico y atonalista extremo, es normal que, como reconoces, se escape a tu comprensión: a la tuya y hasta yo diría que incluso a la de sus propios compositores 🙂 Es lo que suele ocurrir cuando no se tiene mucho que decir y además para decirlo te inventas un lenguaje nuevo para cada obra sin entregar un diccionario y gramática de ese lenguaje al público para que se los empollen de antemano antes de ir al concierto 😉 Esto es la primera vez en la historia de la música que ha sucedido y eso sólo por ser magnánimos e incluir tales experimentos sin gaseosa como música, lo cual es mucho pedir.

Es verdad que hay gustos para todo, y puede haber gente a la que le guste el repulsivo y hediondo hedor del ácido sulfhídrico, por ejemplo, pero no es lo normal estadísticamente –ni funcionalmente–, es lo anecdótico y no por motivos casuales. Sería muy largo de desarrollar. Si se subvencionaran creadores de olores ¿sería justo que existiera también subvención para los que gustan de esa fetidez? No lo sé, pero si la respuesta fuera afirmativa lo que sí estaría claro es que esa subvención debería ser proporcional al número de oledores de cada cosa, en todo caso, y no poner al mismo nivel la cantidad y proporción –cuando no a muchísimo más nivel, de un modo desproporcionado– de los de las bombas fétidas con los del perfume de rosa, «algo más» universal este último –e insisto que no por razones casuales o contingentes–.

Te recomiendo vivamente que te leas un pequeño artículo escrito en clave de humor, pero muy revelador en muchos aspectos, de Luis Ángel de Benito titulado «Siete tópicos contemporáneos». Está recogido como debate también en M&C.

Bienvenida y te espero en el foro ;-)»

¿Qué significa ser compositor contemporáneo? - febrero 9, 2014 por Agustín Barahona

¿QUÉ SIGNIFICA SER COMPOSITOR CONTEMPORÁNEO?

Planteamiento inicial del debate:

«¿Significa acaso componer bajo algunas determinadas características que permitan distinguir la música de esta categoría de cara al futuro? ¿Son adecuados los clasificadores históricos con nombres de funciones temporales? ¿Hay algo que caracterice a la música así llamada contemporánea como para distinguirla de la que no lo es? ¿Cualquier creación sonora es música contemporánea o por el contrario no todas las creaciones sonoras lo son? ¿Cuál es pues, mediante los encargos de composiciones, la música que corresponde promocionar y difundir en España al CDMC (Centro para la Difusión de la Música Contemporánea), actual CNDM (Centro Nacional de Difusión Musical) desde 2010, pagada con el dinero de todos los españoles?»

Papel de la educación del músico en la música de núcleo atonal y viceversa - febrero 2, 2014 por Agustín Barahona

PAPEL DE LA EDUCACIÓN DEL MÚSICO EN LA MÚSICA DE NÚCLEO ATONAL Y VICEVERSA.

Planteamiento inicial del debate:

«Hay quien dice que el futuro de la música de núcleo atonal depende de la educación impartida por los profesionales en los centros de educación.

A) Supongamos que fuera cierto. En tal caso:

1.- ¿podría ser educada por profesionales a los que esta música no sólo les desagrada sino que pueden mostrar que es contraria a los requerimientos necesarios para poder enseñar música?;  y si no es así

2.- ¿debería hacerse una selección y sólo admitir a los profesores que les guste ese tipo de música y puedan demostrar que tiene alguna faceta formativa específica y privativa que la hagan imprescindible?; en tal caso ¿serán un número suficiente para cubrir las plazas que se necesitan realmente?; y si no es así y no queda más remedio que contar con todos

3.- ¿cómo se podría obligar a un profesor a transmitir el entusiasmo por algo que no le agrada y de lo que puede argumentar que es una farsa y en qué consiste?; ¿cómo se podría evitar que, en virtud de su conciencia y su libertad de cátedra, enseñara a sus alumnos en qué consiste la farsa y por qué la considera perjudicial para la música?

B) Supongamos ahora que no fuera cierto. En tal caso:

1.- entonces ¿de qué depende la pervivencia de esa música;  si depende de la necesidad de creer en ella como el futuro de la humanidad

2.- ¿se puede forzar a creer en algo acientífico en lo que el alumno no tiene por qué creer porque, además, se trata de algo tan íntimo como el gusto musical y las preferencias estéticas?; si la educación ha de ser científica ¿puede la labor del profesor tornarse en guía de creencias?; si, por muy raro que fuese, la respuesta fuera que sí…

3.- ¿se pueden evaluar el gusto y las preferencias estéticas? Y si no se pueden evaluar…

4.- ¿tiene algún sentido incluir materias y formación cuya evaluación y contenidos dependan de esto?

En pocas palabras y como resumen: dadas las condiciones de los supuestos A o B… ¿pervivirá, pues, la musica de núcleo atonal en cuanto deje de ser sostenida por las subvenciones políticas en vez de por el público directamente?»

« old entrysnew entrys »