«Los deseos, legítimos o no, no tienen en sí mismos ningún valor normativo en una sociedad. Sólo pueden o bien estar siempre supeditados a las normas aceptadas por todos o bien romperlas de raíz para imponerse a ellas creando el caos… a no ser que se creen unas nuevas normas que todos los participantes estén dispuestos a aceptar de nuevo y en las que puedan tener cabida y curso esos deseos. No hay ninguna otra solución ni caminos tortuosos de engaños o tibiezas intoxicantes sibilinas» [Agustin Barahona]

diciembre 17, 2013 a las 8:00 am por Agustín Barahona
Categoría: Escritos en Facebook, Reflexiones
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