«Quien no vea que el sistema político actual –mal llamado democracia– no funciona, por muchísimos motivos, es que simplemente no quiere verlo. Explicaré uno de esos motivos de un modo más fácil aún, esta vez sin necesitar entrar siquiera en saber quién tiene la razón porque al ser un problema estructural no hace falta. A y B son contrarios.

Por ejemplo, yo voto a un partido A que ofrece realizar A y otro vota a un partido B que ofrece realizar B. Se vota. Sale ganador el partido B pero no puede gobernar si no se alía en número con el partido A. La consecuencia obvia es que el partido resultante AB no puede ofrecer ni A ni B, con lo que ambos partidos quedan inutilizados y sus votantes engañados, porque la situación falaz se acepta en lugar de declararse nula, que es la única consecuencia lógica posible. Es un culto al sistema en lugar de a lo que el sistema supuestamente pretendía. Es la búsqueda del poder por el poder en sí y los beneficios privados anexos que otorgue al nuevo partido AB. No sé si podría explicarlo aún más claro o si haría falta.

El único sistema de gobierno posible es la Gnoseocracia, donde el pilar fundamental del Estado es el Educativo, del que surgen los otros tres pilares satélites: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Reflexionadlo:  Sin esta estructura funcional como mínimo no puede haber garantía alguna de eficacia ni de trabajo por el bien común.» [Agustín Barahona]

julio 6, 2016 a las 11:24 am por Agustín Barahona
Categoría: Humanismo, Reflexiones
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