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¿Un sistema educativo como el finlandés antes de un cambio político? - diciembre 2, 2013 por Agustín Barahona

«¿UN SISTEMA EDUCATIVO COMO EL FINLANDÉS ANTES DE UN CAMBIO DE SISTEMA POLÍTICO? – Por lo leído, para poder implantar en España un sistema como el finlandés habría que, en pocas palabras, o bien ser finlandeses o bien cambiar el sistema político para que con el tiempo cambiara la ciudadanía su ADN cultural y, consecuentemente, de modo natural llegáramos a un sistema educativo eficaz. ¿No es eso? ¿O creéis que si se implantara ahora mismo un sistema educativo como el de Finlandia realmente se sostendría y cambiaría la realidad cultural española? Yo ahora mismo no veo cómo podría implantarse sin pasar primero por un necesario y urgente cambio de sistema político que impidiera la posibilidad de todas las perversiones que nos afligen en éste, a no ser que se me escape algo. Tal como estamos, sería virtualmente imposible conseguir siquiera los mínimos del sistema de educación finlandés, porque me da la impresión de que reside en un determinado tipo de cultura, non viceversa. Pero ya digo que puedo estar equivocado y admito todo tipo de sugerencias para llegar a un sistema educativo así, porque como profesores, al crear un mundo mejor los primeros beneficiados seríamos nosotros mismos, como siempre suelo decir a mis alumnos.

Por ejemplo, pensadlo para estos momentos: ¿cuáles serían en España los contenidos científicos de esa carrera de 3 años y del máster de 2 que se realizan en Finlandia?, ¿cuáles serían las cribas para filtrar a los que llegaran a dichos estudios y quiénes –ahora mismo– detentarían el poder y el conocimiento para cribar a los que pueden ser profesores y a los que no? ¿Sería apelable la decisión? ¿Qué garantías de justicia tendría el sistema de apelaciones si lo hubiera? ¿Qué sistema educativo previo permitiría validar que las notas obtenidas para esa carrera de magisterio son de confianza como para que la calificación de 9/10 sean realmente un justo 9/10?, ¿serían igualmente apelables dichas notas en un contexto de justicia demostrable, público y transparente? ¿En qué consiste el criterio de «sensibilidad social» que debería requerirse al profesor, quién lo determina, cómo se mide su grado en una entrevista, quién está cualificado para tal medición y cómo podrían apelarse los resultados igualmente? ¿Qué sistema de formación intradomus habría que sostener para que los niños estuvieran adecuadamente preparados para poder abordar con aprovechamiento el sistema educativo al empezar a los 7 años y que no chocara además con doctrinas supercheras religiosas? Etc, etc, etc.

Podríamos seguir hasta el final cuestionándonos todo sanamente y nos daríamos cuenta de que para poder abordar cualquier sistema educativo que tuviera garantías de justicia ***antes tendríamos que garantizarnos la justicia a nosotros mismos***. Digo en lo práctico e inmediato. Fuera de ello es un pez que se muerde la cola y habría que abordarlo todo simultáneamente, pero el proceso no lo verían terminado ni nuestros nietos, aunque si lo vieran nuestros biznietos habría valido la pena el lento y agotador esfuerzo de cambiarlo sin cambiar antes la cultura –si es que tal cosa es posible– para procurar que educación y cultura se cambien entrambas a lo largo de unos siglos. Tampoco sería mala idea, ***pero el desgaste sería atroz y los post-líticos de tipo actual querrían impedir por todos los medios que se llevara a cabo***. Y entonces volvemos a mi planteamiento base y vuelta a empezar: ¿Se puede cambiar la educación sin cambiar antes el sistema que garantice la calidad real de la educación, su justicia de gestión y su independencia política?» [Agustin Barahona]

Diferencia entre troles y demás participantes en un debate - diciembre 2, 2013 por Agustín Barahona
 Documentos TV - El ataque de los troles - Avance «La diferencia entre un ‘troll’ y un inteligente contertulio que muestra a alguien estar equivocado es que el primero incomoda no siguiendo las reglas del debate académico» [Agustin Barahona]
PRECAUCIONES MINIMAS A LA HORA DE ENJUICIAR NOTICIAS PRESUNTAMENTE CIENTIFICAS - noviembre 15, 2013 por Agustín Barahona

PRECAUCIONES MINIMAS A LA HORA DE ENJUICIAR NOTICIAS PRESUNTAMENTE CIENTIFICAS

Abro facebook y me encuentro con un enlace a una presunta noticia que dice que van a aportarme 30 motivos para no ingerir productos lácteos. Los leo con paciencia todos, de arriba a abajo, y quedo sorprendido por la cantidad de memeces que he tenido que leer y la cantidad de manipulaciones a las que intentan someter al lector. Y hago allí la reflexión a todo el mundo sobre si es que hay que creerse lo que dice ese texto sin más, ya que

1) lo que se dice no viene ni avalado ni demostrado por ninguna institución científica,
2) los dos o tres artículos que han añadido y que proceden del ámbito científico no están relacionados con las 30 cosas que se afirman
3) y además hablan de experimentos basados en hipótesis que fueron refutados o no fueron concluyentes hace ya tiempo, como el de la relación con un gen que afecta al cáncer de páncreas.

En general recomiendo a todo el mundo no creerse absolutamente nada de este tipo de comunicados si no vienen realizados por instituciones científicas y en cuyos artículos se demuestre claramente lo que se afirma –es decir, elaborar una hipótesis, publicarla y no demostrar una inequívoca relación causa-efecto directos en lo hipotetizado no es algo que pueda servir como base para afirmar nada–. También húyase de publicaciones de científicos aislados a quienes la comunidad científica internacional no avala de ningún modo y que además han sido ya refutadas en artículos científicos de esas instituciones. En pocas palabras, hay que leerse un montón de cosas antes de poder tener una mínima certeza de que este tipo de avisos tenga alguna verosimilitud. Generalmente provienen de grupos new age o «alternativos» que se dedican a comercializar productos sustitutorios de aquello que demonizan. ¡Mucho ojo!

Termino recomendando a todo el mundo fijarse también en los años de publicación de los artículos científicos cuando se aporten. Si son antiguos comprobad que la propia institución misma –u otra cualquiera del mismo o superior calibre– no haya seguido investigando posteriormente demostrando que esos estudios anteriores fueran incorrectos, incompletos o no concluyentes. Por lo general, especialmente en los años setenta del siglo pasado, se hicieron muchos estudios sobre alimentación que fueron completamente rebatidos antes de que hubiera terminado la propia década… y a pesar de eso se siguen citando ignorando todo lo publicado después. Igualmente recomiendo distinguir siempre muy bien entre una hipótesis de trabajo no comprobada y una conclusión científica demostrada. La diferencia es como de la noche al día: no tienen nada que ver.

Una última cuestión final: a veces alguna cosa perfectamente sana es quitada de la dieta de gente que tiene algún tipo de enfermedad porque la ingesta de esa cosa sana podría serle perjudicial o porque la estadística podría indicarlo aunque no se sepa a ciencia cierta si existe de verdad una relación causa-efecto. Pero eso no quiere decir que esa cosa sana deba ser perjudicial para el resto de la humanidad. De otro modo, con ese mismo falso razonamiento –usado _ad nausea_ por este tipo de gente que publica cosas como esto de los 30 motivos–, si un médico hubiera dictaminado alguna vez que un paciente con graves problemas cardiacos no debía mantener relaciones sexuales, todo el mundo habría visto esto último como peligroso aunque no tuvieran esa enfermedad cardiaca… y la humanidad estaría desapareciendo por problemas de bajada de natalidad 😉

Agustín Barahona

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