
«Mi postura de asombro y sorpresa por el descaro con el que los dirigentes separatistas están manipulando la comprobable realidad se debía a que pensaba que el pueblo español estaba formado en cómo funciona el mundo y los sistemas políticos, así como en los fundamentos filosóficos que los sustentan. Pero viendo los recientes acontecimientos en España y particularmente en Cataluña me doy cuenta de que estaba equivocado: la gente se deja manipular con una facilidad aterradora, y la única explicación a esto es que no posee realmente una formación sobre la realidad institucional y legal de cómo funciona el mundo. Así pues, volvemos a que el problema general que aflige y ha afligido siempre a la humanidad es la Educación.
La forma de luchar contra los corruptos no es dejarse corromper por otros corruptos y usar la segunda corrupción para combatir la primera. La forma de combatir la corrupción es siendo íntegros y respetando las normas incluso hasta para cambiarlas.» [Agustín Barahona]

«Para corregir la errónea formación de quienes repiten el eslogan de que no existe la verdad, les recordaré que sin la verdad no podríamos movernos ni tomar decisiones ni prácticamente conocer nada, porque la verdad, por mucho que sea algo en perpetuo estado de evolución y cambio, como el propio universo en que se desenvuelve, ***es aquello que no se puede negar racionalmente***.» [Agustín Barahona]

«Me hace gracia y a la vez me da pena cuando alguien repite que tal o cual cosa es verdad –a pesar de que para cualquier persona racional pueda ser obvio que no tiene por qué serlo o, directamente, que no lo es– sólo porque la dice supuestamente un científico o un grupo de ellos, y ni siquiera se molesta en comprobar que lo que está repitiendo es cierto.
Aunque muchas veces basta simplemente interesarse por el statu quo del tema, al margen de la supuesta autoridad de los supuestos científicos que dicen apoyar tal o cual cosa, para este método de comprobación, por supuesto, se requiere tener conocimientos adecuados para poder documentarse y juzgar las publicaciones que al respecto pudieran haberse hecho.
Sin embargo, la mayoría de las veces ni siquiera hace falta entrar en el meollo para ver si lo que se dice es verdad sólo porque lo digan supuestos científicos, ya que comprobarlo es tan fácil como usar la lógica y buscar con paciencia al menos la acreditación de los supuestos científicos, que en la inmensa mayoría de los casos chocantes es falso que lo sean y en una casi infinitesimal minoría suele ser cierto que lo son… pero de algo ajeno a lo que aporta su nombre –por ejemplo, un médico haciendo afirmaciones sobre física cuántica–, con lo cual el presunto prestigio de su autoridad, que de por sí mismo es una falacia que jamás debe aceptarse como argumento, no vale nada.» [Agustín Barahona]