
«Me temo que como no se resuelva la (i)legitimidad de una monarquía que nadie ha elegido, oxímoron de una democracia, la gente –por problema institucional, que nunca por problema personal– no va a dirigirse nunca a Felipe de Borbón diciéndole «Felipe sexto», sino diciéndole: «pero Felipe… ¿qu’es’esto?» Si tuviera un mínimo de dignidad él mismo debería proponer el referendum para el modelo de Estado, ya que, a diferencia de su padre, la posibilidad de su monarquía ya no vendría impuesta por un régimen totalitario, sino por un régimen democrático. Ésa es la gran diferencia y la posible gran ignominia, de ser ninguneada la voz de la ciudadanía española, que nominalmente nada tiene ni de súbdita ni de cortesana» [Agustín Barahona]

«Quienes deberían gobernar en los específicos campos deberían ser siempre los especialistas y en todo caso los administradores ayudarles a viabilizar lo necesario. No al revés: los administradores que no tienen ni idea gobernando y los especialistas como asesores no vinculantes a los que no se les hace caso para nada. Mientras no cambie el sistema desde el punto de vista ontológico poco se puede hacer.» [Agustín Barahona]