
«Mi postura de asombro y sorpresa por el descaro con el que los dirigentes separatistas están manipulando la comprobable realidad se debía a que pensaba que el pueblo español estaba formado en cómo funciona el mundo y los sistemas políticos, así como en los fundamentos filosóficos que los sustentan. Pero viendo los recientes acontecimientos en España y particularmente en Cataluña me doy cuenta de que estaba equivocado: la gente se deja manipular con una facilidad aterradora, y la única explicación a esto es que no posee realmente una formación sobre la realidad institucional y legal de cómo funciona el mundo. Así pues, volvemos a que el problema general que aflige y ha afligido siempre a la humanidad es la Educación.
La forma de luchar contra los corruptos no es dejarse corromper por otros corruptos y usar la segunda corrupción para combatir la primera. La forma de combatir la corrupción es siendo íntegros y respetando las normas incluso hasta para cambiarlas.» [Agustín Barahona]

«No entiendo por qué intentan disfrazar de problema político a algo que es clarísimamente un problema legal. Sería un problema político si las reglas del juego no hubieran sido aceptadas por los catalanes en su momento, pero no fue así, a pesar de que tuvieron todas las oportunidades de hacerlo. Es de delincuentes sinvergüenzas estar constantemente intentando desestabilizar España para sacar provecho a ese caos y así intentar ocultar la miserable realidad política. Los problemas legales se resuelven dentro del marco de la ley. La corrupción no se resuelve jamás con más corrupción, porque lo único que se garantiza con ello es que se perpetúe. » [Agustín Barahona]
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«No sé qué hace el gobierno buscando urnas y papeletas en Cataluña en pleno siglo XXI ignorando que es precisamente una empresa catalana la que permite a los estadounidenses y a otros países votar por internet en sus elecciones. Por eso las hipotéticas dificultades ya están resueltas empíricamente de antemano y, por ejemplo, los independentistas podrían probar sin problemas que a cada DNI –electrónico o no– corresponde un voto y sólo uno, sin trampa ni cartón. Y si me apuran, ni siquiera hace falta que estén en Cataluña los servidores telemáticos para que la gente pueda votar por internet, ya que pueden estar en cualquiera de los muchos países donde la justicia española no tiene alcance jurídico alguno para impedir la votación. Así que la solución no va ni jamás ha podido ir por el lado de impedir un campo al que no se le pueden poner puertas.
Sólo un gobierno memo e inepto creería que es impidiendo una votación del siglo XXI, algo imposible en regímenes democráticos por muy ilegal que sea, como se puede hacer entrar en razón a un grupo irracional de payasos delincuentes incapaces de enfrentar y resolver los problemas de Cataluña con honestidad –porque no es ése el cometido que tienen– hasta el punto de que para intentar taparlo son capaces de montar un circo hazmerreir de proporciones internacionales. Sólo una ciudadanía inepta podría creer que un país conseguido por medios delincuentes de guante muy negro podría garantizarles ser un estado de derecho en el que poder vivir tranquilos, sin que nadie en su seno decidiera imitar el golpe de estado secesionista para, con el mismo falso derecho apelado, hacer más trocitos de su supuesta soberanía en cualquier momento.
A todos nos gustaría ser independientes de los malos gobiernos, pero la independencia no se consigue con deshonestidad y mañas de baja estofa.» [Agustín Barahona]