Estadísticas diarias
  • 374636Total de lecturas:
  • 18Lecturas hoy:
  • 85Lecturas ayer:
  • 1005Lecturas última semana:
  • 2150Lecturas por mes:
  • 254569Total de visitas:
  • 16Hoy:
  • 74Ayer:
  • 735La semana anterior:
  • 1579Visitantes por mes:
  • 103Visitantes por día:
  • 1Visitantes conectados:
  • 04/03/2014El contador comenzó el:
Combinar ruidos puede hacerlo cualquiera, pero crear belleza emocionante sólo un verdadero compositor - marzo 3, 2014 por Agustín Barahona

«Es fácil ver qué efectos de sonido han hecho los técnicos en las bandas sonoras tradicionales de cine de terror para combinarlo todo en las producciones sonoras que se presentan falsamente en los teatros y salas de conciertos como música [!] culta y hacer creer a los espectadores que están ante una nueva y original producción. Ruido sabemos hacer todos, incluso los no profesionales, y cuanto más caótico e ininteligible menos puede distinguirse la presencia de copias y mezclas de antecesores. Sin embargo, esto mismo es irrealizable en la música culta de verdad, la inteligible y emocionante música clásica moderna, sin que su público lo detecte claramente, pues cuanto más identificable y compartido con el destinatario es el lenguaje con que se transmite una obra de arte y cuanto más claro es el mensaje transmitido más identificables son las obras y todos sus fragmentos, por lo que es imposible que la verdadera música clásica moderna pueda prestarse a la farsa y a la copia como sí se prestan las producciones sonoras de efectos de sonido caóticas, nuclearmente ruidistas o extremadamente atonales antes referidas.» [Agustín Barahona]

El que hoy se catalogue separadamente música y arte se debe a… - marzo 1, 2014 por Agustín Barahona

«Me temo que el que hoy en muchos sitios se piense en arte y música como categorías distintas se debe o bien a que la gente no sabe que la Música de verdad es arte o bien a que la gente está llamando arte y música a cosas que no lo son. Ambas posibilidades serían debidas a dos causas:

Por una parte, al constante y ya antiguo esfuerzo político manipulador para hacer creer que las producciones sonoras de aspecto caótico y extremadamente atonales que se presentan en las salas de conciertos subvencionadas con dinero público son la música clásica del presente, que debe poder gustarse expresamente para poder tener derecho a declararse intelectual moderno –falsedad obvia, pues la inmensa mayoría de los músicos profesionales y gente culta abominan de esas farsas y la verdadera música clásica que seduce de inmediato los corazones ha seguido y sigue existiendo, sin necesidad alguna de subvenciones–.

Y, por otra parte y simultáneamente, al fomento cada vez mayor de las simples producciones sonoras populares comerciales de base rítmica –que funcionan a nivel neuronal de un modo similar a las drogas– junto con el cultivo de la idea de que éstas son realmente ‘la música’, en su sentido genérico, haciendo ver que lo otro, lo que se presenta en las salas de conciertos, es otra cosa, al asociar en el imaginario popular las salas de conciertos con las producciones sonoras de aspecto caótico e incomprensible, generando el lógico y consiguiente rechazo y dejando a la gente indecisa o desinformada presta para caer paulatinamente en el consumo de ese tipo de productos de mercado.

La situación creada para la manipulación nunca ha sido más fácil y con menos resistencia. De este modo se hace dirigir al público hacia dos vías con un sólo futuro cada vez más demencial, deshumanizado y fácil y mansamente gobernable» [Agustín Barahona]

Los universales estéticos tienen base biológica - febrero 24, 2014 por Agustín Barahona
«A pesar de la arrogancia con que desde su poder particular algunos pretendidos artistas intentan imponernos que los universales estéticos biológicos no existen, gracias a las ciencias del cerebro hoy puede comenzar a explicarse el funcionamiento de dichos arquetipos estéticos de base biológica que otras ciencias ya habían postulado, evidenciando así lo que para todos era ya evidente, independientemente de que a algunos les conviniese o no reconocerlo» [Agustín Barahona]
« old entrysnew entrys »