No traduzcamos lenguas regionales/autonómicas en los medios de comunicación nacionales

Propongo que en los medios de comunicación nacionales (como telediarios y noticiarios, por ejemplo) no vuelva a traducirse o subtitularse ninguna lengua regional/autonómica y que si algún español realmente desea ser entendido en España hable en español. ¿Por qué? Las razones pragmáticas como respuesta deberían ser tan obvias que no debería hacer falta tener que explicar algo así. Pero por si alguien realmente aún no lo entiende, es, aparte de por una elemental economía de medios, por las razones más básicas del mundo, de las que en seguida paso a hacer un resumen.

Cuando nos interesa que algo que tenemos que comunicar sea entendido en los medios internacionales a nadie le extraña que tengamos que hacerlo en inglés (que se lo digan a los que, por ejemplo, publican artículos científicos). Y si no lo hacemos en inglés, dentro de un ambiente culto de gente que conoce y habla el inglés, es porque realmente no tenemos interés alguno en que nuestro mensaje supere las lindes nacionales. El inglés, algo así como la Lingua Franca de nuestros días, es la lengua internacional que utilizamos cuando deseamos que nuestro mensaje llegue a más gente, a más partes del mundo, para que pueda tener así la difusión y alguno de los pesos específicos derivados del número. Es la lengua que elegiríamos si deseáramos incluso que nuestra cultura y la existencia de nuestra lengua, el español, fuera conocida por la mayor cantidad posible de personas, en caso de que no las conocieran. Y es, por lo general, la lengua que tenemos que utilizar cuando estamos de viaje en el extranjero y no conocemos el idioma del lugar en donde nos hallamos.

Del mismo modo, cualquiera de nosotros con una lengua regional/autonómica propia, gallego, catalán, vasco, etc., si queremos que nuestra cultura llegue a más gente que a los propios que la usufructuamos deberemos hacerlo en una lengua de mayor amplitud y número cultural de hablantes, en nuestro caso, nuestra lengua común, el español, si es que los destinatarios de nuestro mensaje son hispanohablantes. Y si la nuestra es vocación de difusión universal, también en inglés. Es un problema de coherencia: cuanta mayor difusión desee darse a un mensaje mayor deberá ser el número de receptores del mensaje que compartan el código de transmisión del mensaje; y si el destinatario de nuestro mensaje es la ciudadanía hispanohablante deberemos emitirlo en español.

Nunca pediríamos, si somos coherentes y lógicos, que las cosas fueran al revés, es decir, que fueran los no hispanohablantes los que tuvieran que estar aprendiendo nuestro idioma (a pesar de ser uno de los de más usados del mundo y con más hablantes como lengua materna) para poder enterarse de las cosas que a nosotros nos interesa que sepan. Y si en España fuera lengua oficial el inglés y fuera de obligado aprendizaje y enseñanza en los colegios desde la más tierna infancia, nunca se nos ocurriría intentar comunicar en español cosas cuyos destinatarios no fueran hispanohablantes, pues la lógica más meridiana nos llevaría naturalmente a expresarlas en nuestra lengua común que todos hablaríamos y dominaríamos a la perfección: el inglés.

En este estado de cosas, en un país cuya lengua común oficial es el español ¿qué sentido tiene difundir mensajes en lenguas regionales/autonómicas cuyos destinatarios son ciudadanos nacionales hispanohablantes en general? Creo que traduciendo y subtitulando en los medios de comunicación lo que siendo de interés general para los ciudadanos españoles se dice sin embargo en lenguas regionales/autonómicas que no estamos obligados a conocer –en vez de en la lengua oficial común que sí que estamos todos obligados a conocer– hacemos un flaco favor a las lenguas y a la lógica más elemental. Y creo también que no debería hacer falta tener que explicarlo nunca. Si alguien quiere ser entendido realmente por mucha gente deberá hablar en la lengua que la mayoría de esa gente entiende y no en ninguna otra. Y para que esto sea así no debería facilitarse el que pudiera aberrarse de otra manera.

Y para ser coherente con mi propia propuesta, en adelante en mi sitio de Facebook borraré todo aquel mensaje emitido por algún español y dirigido a hispanohablantes –donde lo pertinente sea el mensaje y no la lengua– que no esté publicado en español. Es decir, en mis páginas sólo podrán verse lenguas oficiales nacionales comunes. Que conste que, si por mi fuera, en un mundo ideal sólo se vería una sóla lengua, una Lengua Internacional, en contextos comunicativos donde la lengua no fuera lo pertinente, sino el mensaje; pero aún estamos lejos de poder tener el privilegio de esa posibilidad de generosas y amplias facilidades para la comunicación, que terminará, por lógica, llegando en algún momento del futuro. Se trata de evitar que lleguemos a torres de babel cuya peligrosa realidad sea algo más que un mero símbolo bíblico. Para que la riqueza de las lenguas regionales/autonómicas no se pierda no hace falta usarlas mal, en contextos improcedentes. Basta usar el sentido común.

Agustín Barahona

diciembre 15, 2011 a las 8:33 pm por Agustín Barahona
Categoría: Escritos en Facebook, Lingüí­stica, Reflexiones
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