Cardenal Fernando Sebastián dixit:

«Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice.»

La respuesta de cualquier ciudadano mínimamente honesto e inteligente, usando el mismo discurso y trampas sofísticas del cardenal, con el fin de que se dé cuenta de lo absurdo de sus ideas, sería más o menos así:

«Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que el catolicismo es una manera deficiente de utilizar el cerebro, porque éste tiene una estructura y un fin, que es el de la inteligencia. Un catolicismo que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo ojos marrones, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda en cuanto inventen cómo tener los ojos del color que la iglesia diga que debe ser «lo normal». El señalar a un católico una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de catolicismo se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice.»

enero 26, 2014 a las 4:09 pm por Agustín Barahona
Categoría: Escritos en Facebook