Si algunas personas creen que los profesores viven tan bien como se dice no entiendo por qué esas mismas personas no se preparan unas oposiciones de profesor (en algunas de ellas las pruebas demandan de los que opositan no sólo los conocimientos de administración comunes y los conocimientos específicos básicos de la especialidad presentada, sino también tales pruebas de demostración de habilidades y capacidades que ante cualquier persona que no las conociera le podría parecer que son de circo por su extrema y a veces impensable dificultad). Dichas oposiciones son libres y todo el mundo con la titulación, los estudios, la preparación y la cualificación adecuados puede optar a concursar y realizarlas. No entiendo cómo si es tan buena esa vida como dicen no está toda la humanidad entera dedicada a intentar sacar una plaza titular en alguna institución educativa del Estado, donde, a diferencia de en la educación privada, todo el mundo tiene el garante de que la persona que desempeñe su docencia ha debido demostrar probadamente su valía de conocimientos y capacidad docente.

Como cité antes (véase), ya lo decía Platón hace unos 2500 años, «justicia es dar a cada uno lo que le corresponde conforme a su naturaleza». Si todo el mundo tuviera derecho a obtener lo mismo independientemente del esfuerzo realizado para obtenerlo y de la excelencia necesaria para ejercerlo se fomentaría una sociedad sin gente formada, donde valdría igual el esfuerzo y conocimientos titánicos de un Premio Nobel en Física, por ejemplo, que los conocimientos y pericia necesarios para ser Peluquero, por ejemplo (mis respetos para ambas actividades sociales). Es decir, estaría abocada a su autoexterminio civilizatorio al igualar por lo mas bajo, sin fomento ni expectativas de superación.

septiembre 14, 2011 a las 12:11 pm por Agustín Barahona
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