
«No se puede llevar adelante un movimiento social si está basado en sofismas. Cuanto más importante es una causa noble más y mejor preparado se ha de estar, porque de lo contrario uno puede ser el peor enemigo de aquello que pretende defender. Ceder el paso es muy importante, no sólo en circulación vial.
Si, como dice la Sra Calvo, «no existe lo que no se nombra» entonces las cosas no habrían existido hasta que no las hubiéramos descubierto, lo cual es un obvio dislate. Tampoco existiría esclavitud en un país de esclavos donde la mención de dicha falta de libertad estuviera prohibida por decreto, lo cual es también obvia –y dolorosamente– falso. Y, por poner un ejemplo en el que debería haber reflexionado la Sra Calvo antes de decir algo semejante, toda la estructura connotativa de la lengua tampoco existiría, por no quedar codificada y expresa, lo que es también una barbaridad.
Con éstas y otras elementales reflexiones parvularias se refuta esa idea 🙂 y otras muchas de naturaleza semejante que andan circulando por ahí con carta de filosofía, a pesar de no llegar a poder ser siquiera ni pseudofilosofía barata.
Ciertamente, debería todo el mundo hacer un curso básico de Debate Académico-Lógico para que fuera si no imposible sí extraordinariamente difícil que pudiera haber ideas absurdas y falaces que pudieran intoxicar la mente sin que las defensas educacionales acabaran con ellas antes incluso de que llegaran a existir.
Se vé claro que especialmente en el mundo hispanófono tal formación básica no existe…. seguramente por eso el problema «no tiene nombre», ¿verdad, Sra Calvo y Calva? 😉 » [Agustín Barahona]

A finales del siglo XVIII los ciudadanos de una famosa ciudad europea se hartaron de todo tipo de constantes abusos y, dándose cuenta de la proporción de número que había entre ellos y sus dirigentes, a raíz de una injusta subida del precio del pan decidieron ir a por los que estaban destrozando el mundo creyéndose a salvo de la mayoría de la población, cuestión en la que jamás hay que confiar porque cuando el pueblo va a por el comendador Fuenteovejuna tiene un poder casi inexpugnable, como la historia ha demostrado siempre.
Y esos ciudadanos cambiaron el mundo para siempre.
La posibilidad de que una hazaña así se repita aumenta exponencialmente cada día que pasa. Y la posibilidad de indiscriminados baños de sangre por doquier, justos e injustos, aumenta con cada descubrimiento diario de la sangrante realidad que realiza el ciudadano.
Si uno estudia la historia se da cuenta de inmediato de que todas las revoluciones, sin excepción, son iniciadas en primera fase por los más brutos; y una vez que el resultado adquirido se va estabilizando es cuando los menos brutos –o a veces incluso los cultivados y justos, aunque esta fase suele venir siempre de modo injusta y dolorosamente tardío– pueden comenzar a reconstruir. Este fenómeno parece inevitable, porque cuando el caos y la corrupción imperan sólo una horda de brutos puede destrozar lo urdido casi como en tela de araña de hilos de nylon. Y se necesita primero derrumbar lo malo para reconstituir lo bueno en suelo salvo que garantice su estabilidad, aunque lamentablemente nadie garantiza en un primer momento que ese derrumbe inicial tenga garantía alguna de justicia. Y ése es siempre el peligro.
Pero en una situación tal no veo motivo alguno para que los que nos roban la vida todos los días, a base de injusticias concatenadas sin cuento, puedan pensar que están a salvo de nada, por lo que si yo fuera ellos intentaría buscar un medio de equilibrio socioeconómico justo con el resto de los habitantes del mundo, ya que sólo trabajando en esta dirección uno puede acabar «aprovechándose» realmente del mundo mejor que colabora a construir. No obstante, esto parece imposible, porque quienes se corrompen con el agua son siempre quienes llevan en su naturaleza metales corrompibles en contacto prolongado con el oxígeno y sería como pedirle a un religioso que razonara vitalmente para dejar de serlo, olvidando que si razonara vitalmente no sería religioso.
Así pues, que cada palo aguante su vela y que la historia nos sorprenda siempre preparados para ella.» [Agustín Barahona]

LITTLE NOTE:
Philosophy has a lexical Greek root and Science a lexical Latin root, proper of the time where the new paradigmatic update was built.
Principles of Logic and Epistemology are still working everyday for all of us in every scientific contrastation of reality.
Scientific method is built and reviewed from these main, fundamental and current philosophic principles.
Simply we have been used to call it science because of a socio-linguistic mechanism of prestige.
Philosophy is about how we think and judge our own way to investigate reality. This said, every one can understand these facts I am talking about and reminding of.
There is much more pseudophilosophy than pseudoscience, because the set of previous paradigms belonging to philosophy was gradually losing prestige in favor of the new paradigm of its own renewed version that we know today as science.
There will come a time when science will also have to change its name to be able to accept all the errors of its previous paradigms.
PEQUEÑA NOTA:
Filosofía tiene una raíz léxica griega y Ciencia una raíz léxica latina, propia del tiempo en que se construyó la nueva actualización paradigmática.
Los principios de la lógica y la epistemología siguen funcionando todos los días para todos nosotros en cada contraposición científica de la realidad.
El método científico se construye y revisa a partir de estos principios filosóficos principales, fundamentales y actuales.
Simplemente nos hemos acostumbrado a llamarla ciencia debido a un mecanismo sociolingüístico de prestigio.
La filosofía trata de cómo pensamos y juzgamos nuestra propia forma de investigar la realidad. Dicho esto, cada uno puede entender estos hechos de los que estoy hablando y haciendo recordatorio.
Hay mucho más pseudofilosofía que pseudociencia, porque el conjunto de paradigmas previos pertenecientes a la filosofía fué perdiendo prestigio gradualmente a favor del nuevo paradigma de su propia versión renovada que hoy conocemos como ciencia.
Llegará un momento en que la ciencia también tendrá que cambiar su nombre para poder aceptar todos los errores de sus paradigmas previos.
Wednesday, November, 22, 2017:
Estefanía Swan