
«La «Patria» es sólo otra religión más en la que te obligan a creer, en un país aconfesional como España. Y las herejías se pagan muy caras.» [Agustin Barahona]

«Anarquía significa etimológicamente «ausencia de gobierno» por lo que, consecuentemente, anarquismo sería la doctrina que propugnara tal significado. Por otro lado, desde mi humilde punto de vista es materialmente imposible que lo que el diccionario de la RAE dice que es el anarquismo pueda ser sostenido por cualquier persona inteligente («Doctrina que propugna la supresión del Estado y la eliminación de todo poder que constriña la libertad individual») porque implicaría de inmediato la supresión de las libertades ajenas que constriñan la propia, independientemente de si para lo que se use esa libertad sea correcto o no. Por lo tanto, la definición de la RAE, siempre tan sesgadamente monárquica y religiosa, sólo puede ser una falacia de muñeco de paja (a no ser que documenten de dónde la han sacado y puedan demostrar que es una definición de los propios anarquistas). Sin embargo, si lo que quieren los autodenominados anarquistas no es ni lo que significa etimológicamente anarquismo ni lo que les imputa la RAE, sino otro tipo distinto de gobierno, deberían llamarse como mínimo Heterarquistas o Heteroarquistas o buscar otro nombre que defina mejor o con mayor especificidad sus objetivos. Saber nominar correctamente es una de las operaciones más importantes para poder comunicarnos e identificarnos eficazmente y sólo deberían hacerlo los especialistas del lenguaje.» [Agustín Barahona]

«No es cierta la vil excusa de los políticos de que ellos están corruptos porque la sociedad está corrupta –obvia variante pueril de la falacia del tu quoque–. Lo que, sin embargo, sí que es cierto, es que todo el particular y minúsculo mundo del que surgen los políticos sí que está corrupto y ellos lo corrompen cada vez un poco más en un aparentemente eterno efecto de retroalimentación. Por mi parte, hago lo posible para que un día los puestos de responsabilidad sólo puedan ser ocupados por verdaderos expertos responsables, pero los así llamados políticos tienen más medios, porque trabajan juntos y tienen el control de masas a su disposición –menos internet, aún–. ¿Sabíais, por cierto, que en España los equipos directivos de los centros de educación que educan a nuestros hijos son simplemente puestos políticos que el claustro hace tiempo que no elige y que la norma dice que incluso pueden llegar a ser personajes que nada tengan que ver con la educación?» [Agustín Barahona]