
«Anarquía significa etimológicamente «ausencia de gobierno» por lo que, consecuentemente, anarquismo sería la doctrina que propugnara tal significado. Por otro lado, desde mi humilde punto de vista es materialmente imposible que lo que el diccionario de la RAE dice que es el anarquismo pueda ser sostenido por cualquier persona inteligente («Doctrina que propugna la supresión del Estado y la eliminación de todo poder que constriña la libertad individual») porque implicaría de inmediato la supresión de las libertades ajenas que constriñan la propia, independientemente de si para lo que se use esa libertad sea correcto o no. Por lo tanto, la definición de la RAE, siempre tan sesgadamente monárquica y religiosa, sólo puede ser una falacia de muñeco de paja (a no ser que documenten de dónde la han sacado y puedan demostrar que es una definición de los propios anarquistas). Sin embargo, si lo que quieren los autodenominados anarquistas no es ni lo que significa etimológicamente anarquismo ni lo que les imputa la RAE, sino otro tipo distinto de gobierno, deberían llamarse como mínimo Heterarquistas o Heteroarquistas o buscar otro nombre que defina mejor o con mayor especificidad sus objetivos. Saber nominar correctamente es una de las operaciones más importantes para poder comunicarnos e identificarnos eficazmente y sólo deberían hacerlo los especialistas del lenguaje.» [Agustín Barahona]

«Mucha gente si dimite no sólo dejaría de recibir el dinerito extra por el que venderían a su madre, sino que dejarían de tener la única posibilidad que han conseguido para que la sociedad les recuerde por algo aparte de su mediocridad. ¡Ése es el problema!
En general la gente olvida que se ha de dimitir no sólo por los errores cometidos sino porque éstos muestran que no se es apto para continuar ejerciendo esa posición social debido a que en cualquier momento pueden volver a repetir errores como ésos. Es por protección al futuro por lo que se debe dimitir, no sólo por coherencia con la asunción del pasado» [Agustín Barahona]