«No es ofensivo o deshonesto amonestar a alguien recordándole que no cumple las reglas del juego. Lo que es ofensivo y deshonesto es no cumplirlas.» [Agustin Barahona]
Agustin Barahona: Es tal la costumbre que determinados entes de la sociedad tienen por no cumplir las reglas aceptadas por todos que en un nutrido número de personas ya hace tiempo que se ha instalado la mala costumbre de aceptar el mal ejemplo como el estado normal de las cosas y lo practican asiduamente incluso, como digo, sintiéndose –o haciéndose los– ofendidos si les reclamas que se ajusten a las reglas del juego. Este mal ejemplo que cunde es peligrosísimo, pues veo que se ha instalado ya como terrible base de varias generaciones y lo ostentan sin( )vergüenzas.
No hace falta ser un sociólogo para saber que esto requebraja los pilares de toda sociedad. Así pues, insto a todo el mundo a combatir esta mala actitud activa, manifiesta y públicamente del modo más ordenado posible, como procuro yo mismo hacer en todo momento.
Muchas gracias de antemano, en nombre de todos los que deseamos que las cosas funcionen bien e intentamos mostrar cuál es el camino para conseguirlo, y lo hacemos además exponiendo a la vez nuestras ideas al posible mejoramiento de terceros.
Jose María Duque López: Es probablemente consecuencia de esa educación en la que todos somos maravillosos, valiosísimos, sin tacha alguna, y que «hay un Superman» y un genio dentro de tí.
Claro, así, si luego no pueden salirse con la suya por sus cauces, lo hacen de cualquier manera. Estamos creando unos narcisistas de aúpa, monstruos sin freno.
Jose María Duque López: Totalmente
Agustin Barahona: Es tal la costumbre que determinados entes de la sociedad tienen por no cumplir las reglas aceptadas por todos que en un nutrido número de personas ya hace tiempo que se ha instalado la mala costumbre de aceptar el mal ejemplo como el estado normal de las cosas y lo practican asiduamente incluso, como digo, sintiéndose –o haciéndose los– ofendidos si les reclamas que se ajusten a las reglas del juego. Este mal ejemplo que cunde es peligrosísimo, pues veo que se ha instalado ya como terrible base de varias generaciones y lo ostentan sin( )vergüenzas.
No hace falta ser un sociólogo para saber que esto requebraja los pilares de toda sociedad. Así pues, insto a todo el mundo a combatir esta mala actitud activa, manifiesta y públicamente del modo más ordenado posible, como procuro yo mismo hacer en todo momento.
Muchas gracias de antemano, en nombre de todos los que deseamos que las cosas funcionen bien e intentamos mostrar cuál es el camino para conseguirlo, y lo hacemos además exponiendo a la vez nuestras ideas al posible mejoramiento de terceros.
Jose María Duque López: Es probablemente consecuencia de esa educación en la que todos somos maravillosos, valiosísimos, sin tacha alguna, y que «hay un Superman» y un genio dentro de tí.
Claro, así, si luego no pueden salirse con la suya por sus cauces, lo hacen de cualquier manera. Estamos creando unos narcisistas de aúpa, monstruos sin freno.