«Por principio, suelo siempre conceder que las otras personas con las que hablo y veo actuar son personas inteligentes, mientras no me demuestren lo contrario. No es sólo una cuestión de cortesía sino de pragmatismo. Por eso cuando veo actuar a alguien a distancia suelo tomar la secuencia de sus actos como el verdadero relato e intenciones de quien obra activamente con el fin de alguna consecución.

Sin embargo, al ver las presentes acciones del PSOE, de las que abominan incluso sus socios de gobierno, tengo que sustraerme mucho a la tentación de pensar que están chalados de remate y debo referirme una y otra vez a mi compromiso con la humanidad de pensar que a quienes veo actuar son gente inteligente salvo que se muestren de otro modo. Así pues, me planteo qué significa realmente esta actuación del gobierno disfrazada de supuesta realización de lo comprometido con Naciones Unidas, cuando es obvio que en la escueta explicación oficial no está el compromiso total que ha aparecido varias veces en los programas electorales del PSOE, sino que la cita ha sido minada.

Y entonces recuerdo que estamos en guerra en el mundo. Que ahora mismo mientras escribo esto en Ucrania hay una invasión salvaje de un país sobre otro donde se está masacrando a la población, a las familias, a los niños, y que el tirano ruso invasor ha amenazado a todos los socios de la OTAN con actuar sobre alguno de sus países «como nunca se había visto antes» en caso de que él lo considere «necesario». Y me he preguntado muchas veces que cuál podría ser la jugada del sátrapa para atacar a un país defendido por la OTAN sin que ésta tuviera posibilidad de contestarle sin entrar en la Tercera Guerra Mundial.

Y de repente recordé que en España ni Ceuta ni Melilla están cubiertas por la protección del Tratado del Atlántico Norte por ser ciudades africanas. No sé si existe alguna otra ciudad europea en esta situación de desprotección. Y si Putin atacara Ceuta y Melilla intentando destruirlas y masacrar a su población, para así hacer daño y escarmiento en Europa, la OTAN no tendría derecho a responder por haber quedado excluídas esas dos ciudades de la legalidad protectora. E imagino que si esto fuera posible y pudiera estar en los planes del monstruo la inteligencia de los EE.UU. ya habría avisado a España para que protegiera este flanco que está completamente a su suerte y al descubierto. Así que hacía falta que, urgentemente, España recobrara la relación con Marruecos, incluso en contra de Argelia y su prometido y anhelado gas, para que en caso de que el salvaje invasor de Ucrania decidiera mover esos terribles peones Marruecos estuviera comprometida a defender Ceuta y Melilla con su ejército ayudando a España. Y sin embargo, España no podría declarar mundialmente esta jugada porque sería como afrentar directamente al monstruo llamándolo agitando paños rojos en el centro de la plaza al lado de sus pitones. Imagino que por eso hablan de soslayo de que el nuevo acuerdo con Marruecos es para «fortalecer la seguridad» de ambos países.

No tengo ni la más remota idea de si esto que aquí escribo podría ser posible o no realmente. Pero, de ser cierto esto que sospecho como una posibilidad debido a cómo veo las piezas del puzle que se dibuja ante mis ojos atónitos, creo que los propios ceutíes y melillenses deberían saberlo y es por eso que me he decidido finalmente a escribir este pequeño texto como una reflexión heráldica y pública de algo que, visto el horror sin sentido que es capaz de generar el presidente ruso, me parece ahora terroríficamente posible y considero que quien deba y sea competente para ello quizá debiera considerar esta temible posibilidad, para que los habitantes de estas dos bellas ciudades españolas en África puedan tomar sus propias decisiones con la debida antelación.

Ojalá me equivoque por completo y toda esta idea no sea más que fruto de la tensión emocional que produce el saber que en pleno siglo XXI los seres humanos se siguen comportando como en la era de las cavernas, sólo que ahora con piedras muy grandes y peligrosas.» [Agustín Barahona]

marzo 23, 2022 a las 7:14 pm por Agustín Barahona
Categoría: Ciencia, Reflexiones
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